lunes, 10 de diciembre de 2012

Mi tren


En el transcurso de la vida, casi siempre nos cegamos en cojer el tren que mas lejos nos lleve, y dejamos pasar aquellos en los que seguramente viajaremos mas comodos, sin importar el destino, ni el recorrido. Nos olvidamos de disfrutar del intinerario, de los paisajes, de las experiencias. Queremos que el tren funcione siempre, sin caer en la bella expectativa de una averia, de tener que esperar a que se arregle.  Mientras tanto, bajamos del vagón, y nos reimos del destino, que nos hace vacilar, dudar, de por que precisamente una averia, con la prisa con que vivimos. Queremos que ese tren llege ya, ahora, inmediato, por que no llega ya? ya¡¡¡ ya¡¡¡ ya¡¡¡ No nos damos cuenta de que vivimos en una estacion sin horarios, sin jefe, sin nada... ya no importa el tren, ni el recorrido, tan solo importa subir al que realmente queramos, da lo mismo que no se suba nadie mas, alguien habra en ese vagon, que nos hara el viaje mas ameno, que no sabemos quien es, ni de donde, que esta ahi, que compartira el viaje, que conducira ese tren, que nos extrañara que tambien haya subido, cuando todo el mundo se quedó en la estación, y que, para nuestra sorpresa, nos va a acompañar hasta el final, pues le importamos, cuando ya toda esperanza de viajar por las vias de nuestra vida, era de soledad, y estaba perdida. Yo encontre ese tren, y encontre al viajero...

Escrito por Jose Luis Huerga

Dulce Navidad


"Familias que estan durante todo un año sin hablarse, odiandose, envidiandose, que luego se reunen en torno a una mesa, como si no pasara nada, cuando una buena mesa solo se comparte con gente honorable. Celebraciones cristianas de todo tipo, inculcadas, obligadas, bombardeadas irrespetuosamente sobre las mentes de la gente, sin importar si son creyentes o no, creando malestar, irrealidad, ira, por ser obligados a ver un robo con mas de dos mil años de antiguedad. Personajes y personajillos, con mas o menos arraigo popular, que ganan millones de euros al año, pidiendo y anunciando una y otra vez a un pais, una generación en crisis, sin motivación, sin medios, sin casa, sin nada... que den dinero, un euro, un sms, un boligrafo, pastillas contra el dolor ajeno las llaman...cuando con lo que ganan todos juntos en un mes, seguramente se resolverian muchos problemas de hambre, y cualquiera de nosotros tenemos que pensar en que y en como gastar un maldito euro. Interminables filas de zombies caminando por las calles, abarrotandolo todo, haciendo ruido, riendo histericamente, ensuciando, arrasando todo a su paso, todos en la misma dirección, con el mismo fin. Defender el consumo masivo e irracional, seguir llenando el plato de los ricos, vaciando el propio. Durante una horas, unos dias, no importa la crisis, no importa que los precios se disparen un infinito por ciento, por cosas que en el dia de antes sabiamos el precio de memoria. Todos con la misma sonrisa, la misma cara, la misma felicidad forzada, para no ser menos que los demas, sin caer en la cuenta de que no se es mejor que mañana. Enormes, abusivas, molestas campañas publicitarias, donde se promueve la diferencia social, anunciando perfumes y automoviles en entornos lujosos, haciendo ver quien esta arriba y quien abajo, pero a la vez mostrando la falsa posibilidad de que el comprador se identifique con lo que se muestra, de que sueñe, ni por un momento, con ser la estrella...a mas de una estrella sin maquillar, sin su perfil bueno, me gustaria encontrarme a las seis de la mañana en el metro para ir a currar, o mejor dicho, a intentar encontrar trabajo. Cantidades ingentes de aparatos de iluminacion, bombillas de todo tipo, adornos, carteles, que provocan un gasto energetico descomunal, proporcionado por supuesto con las subidas en los recibos correspondientes durante todo el año, y propiciando unos ingresos para las grandes empresas, que no dan razon para los aumentos del siguiente año. Colas para soñar despierto en las administraciones de loteria, carroñeros representando a un banco, que despues buscan llenar su cartera de clientes, toneladas de basura en la calle, despues de ¿una celebracion?... Ya no importa el reciclaje, alguien habra, de los mucho miles de personas que pasan el umbral de la pobreza, que recicle al dia suguiente, y alguien habra que limpie su conciencia comprando pastillas contra el dolor ajeno. No hay nada que celebrar, no es otro año, es al dia siguiente y ya esta, nada mas. El que creo todo esto, a buen seguro que era inteligente, pero no por inventarse esta mierda, si no por saber que despues de dos mil trece años, habria tanta gente que lo suguiera creyendo". 

Escrito por Jose Luis Huerga

Herrero


Envidio a los muertos, aquellos que ya no necesitan escuchar. Aquellos que no necesitan entender el por que hay tantas cosas alrededor que no se entienden. Ya no hay quien los manipule, ni quien les difame, por que ya no les importa. No hay diferencias en una tumba, mas opulente o austera, inmensa o insignificante, con o sin nombre, que mas da....todos por igual saboreando la húmeda tierra, en perfecta comunión con la voz del olvido, del recuerdo, del tan deseado descanso. Una voz que les dice: "Ahora sois libres, caminad sin cesar por los parajes y caminos del tiempo, disfrutad del silencio, por mas ruido que haya fuera, sed amigos de la soledad, por mucho que hablen los estúpidos, por mucho que suenen las campanas de guerra¡¡¡ sois libres del odio, de la venganza, de los prejuicios¡¡¡ Sois libres del ser humano" Y aunque ahora descanso sentado sobre una pequeña duna de tierra, la que queda después de cavar, y esculpo mi lapida con impaciente fervor, deseando dormir y salir de este mundo que llora una y otra vez, que sangra y se cauteriza para volver a sangrar de nuevo, se que no puedo irme. Una soga me ata, un alma me espera junto al fuego de un herrero, un alma que necesita ser querida, forjada y templada, con la fuerza que aun me quede. Y por mas impaciencia en marchar que tenga, no descuidare mi tarea, pues es la fuerza, el honor y la honradez, lo que hara que muera sin mancha, digno de oler la tan ansiada y profunda corteza de tierra, los recuerdos, sentimientos y raices perdidas. Tan solo le pido a mi ya vieja amiga, a la eterna señora, que mientras prepara la mesa para mi ultima cena, me de un poco mas de tiempo. Mientras tanto le rendiré los honores como corresponde, envidiando y admirando su hacer en el tiempo, envidiando a los muertos, aquellos que ya no necesitan reclamar a nadie….

Escrito por Jose Luis Huerga